miércoles, febrero 08, 2006

La misma historia


Un día tras otro, salgo de casa a la misma hora. Cruzo miradas y algunos saludos con la misma gente, a lo sumo algún corto comentario. Subo en el coche y recorro el mismo camino que todas las mañanas. Cada día las mismas calles, los mismos semáforos, los mismo atascos... sin variación.

Hora de volver a casa. Nuevamente, el mismo camino. El mismo atasco diario me acompaña en las últimas horas de la tarde; siempre me detengo en el mismo punto y empiezo un avance lento e irregular hasta entrar en la ciudad.

Una mirada triste y vacía es la única respuesta que recibo desde los otros coches. La misma rutina nos ahoga a todos, convertidos en elementos sustituibles de un fluir constante e impersonal en el que nos sume la sociedad. Destinamos nuestra vida a ser socialmente aceptados, confiando en alcanzar algún día esa sensación de autosatisfacción a menudo confundida con la felicidad.

Hasta que la última esperanza se desvanece y sólo queda el mismo guión día tras día...

lunes, febrero 06, 2006

That's what is all about!

Vallter 2000, 9: 10 de la mañana. Conseguimos aparcar tras veinte minutos de espera en unos de los parkings intermedios. La cola para comprar el forfait no es más esperanzadora, promete otra larga espera bajo el sol matinal avanzando muy lentamente. Espero en el coche a que regresen mis amigos de la tienda de alquiler de material, me desespero.

Son casi las once y todavía no he sacado mi tabla de la funda. Colas, esperas... minutos perdidos. Apenas podemos hacer un par de bajadas antes de las dos de la tarde. Poco a poco, el grupo se disgrega y quedamos Jordi, Miguel y yo.

Subimos con la intención de bajar por la pista Xalet (¿cuántas veces la habré hecho cargado con el material de escalada?). Falta poco para las cuatro de la tarde y el sol tiñe de tonos anaranjados las montañas que rodean el circo. Queda poca gente en la estación y saboreamos esa tranquilidad mientras bromeamos en el telesilla. Arriba la barra, un empujón y nos dirigimos a la entrada de la pista.

Abrocho la fijación trasera, miro a mis compañeros y empiezo a deslizarme suavemente. Poco a poco vamos recorriendo metros. La pista tiene una pendiente muy ligera, la justa para no tener que remar. Silencio absoluto, sólo el sonido del viento que acaricia la nieve naranja en un paisaje inmenso. Tres colegas surfeando juntos, sin decir nada porque sobran las palabras. Me olvido de las prisas de la mañana, del madrugón, de las aglomeraciones... Vagamente vuelve a mi memoria una imagen de un par de semanas atrás, bajando solos con las últimas luces del día en Port del Comte. Llego al final de la pista con una sonrisa, una sensación de felicidad me invade. Son aquellos momentos en los que porque estoy allí y no en cualquier otra parte. That's what is all about!